Este es mi Río de la Plata. Lo construí pacientemente pensando en ellos, un homenaje. Comenzó siendo un mar y fue convirtiéndose en un río, en ese Río que después de 1976 ya no fue el mismo… Siempre fue oscuro, a partir de esa fecha para mí, se oscureció aún más.
Las tachuelas son toscas, frías, agresivas pero logran generar en la trama que componen, una imagen bella, resplandeciente y rítmica. Quizá las tachuelas, que a veces hieren la piel también puedan curar el alma, y me hayan permitido lograr un Río de la Plata luminoso y brillante.
No sé si utilicé exactamente 30000 mil tachuelas pero hago de cuenta que lo son.